Este poema es parte del claro del olvido, los escribí en el mismo instante, sentada frente a la tranquera donde comienza el viejo cementerio despues de la curva.
Silencio, oscuridad,
noche
evocación de la nada
almas que desandan el
instante
y se escurren en lo profundo,
de muertes oscuras, de
ánimas desterradas.
Sigilo de cuerpos
dolientes
que gritan desde el
desvelo
que escapan de tumbas malolientes
corruptas y olvidadas.
Lamentos sordos de
huesos malditos
absurdos de pecados
alocados de deseos.
Silencio, oscuridad y
noche
refugio de espectros y
de sombras
de cuerpos inundados de
recuerdos
de un tiempo de gozo, del que solo quedan sobras.
Liliana Robles
No hay comentarios:
Publicar un comentario