Cada tarde el ritual se
repite,
la palangana de agua
tibia
que moja sus cuerpos
arrugados,
que aleja apenas el
olor a viejo
con jabón barato
acostumbrado.
El mate listo sobre la
mesa,
las sillas desgajadas
frente a la casa,
se sientan en silencio
mirando la calle
mientras el tiempo se
escapa sin escucharles.
mientras la muerte se
les acerca sin mirarles.
Cada tarde el ritual
continua
y la vida se va
muriendo
entre mates y
palanganas de agua tibia
porque el tiempo se les
ha escapado
ya no queda tiempo,
porque ya se ha terminado.
Liliana Robles
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